lunes, 18 de agosto de 2014

Cerro Baúl es un yacimiento arqueológico del Perú, que data de la época pre incaica y se halla sobre la cima de una meseta o cerro de acceso difícil. Está ubicado a 12 km al norte de la ciudad de Moquegua, en medio del valle del río Torata, distrito de Torata, provincia de Mariscal Nieto, departamento de Moquegua. Es una imponente formación geológica que se ha constituido en un silente testigo del tiempo y del espacio. 

Su nombre se debe a que el perímetro de su cima aparece cortado perpendicularmente, teniendo un gran parecido con un baúl, que es un mueble antiguo de uso común y popular y que aún conservan respetables familias.

Desde la carretera Moquegua a Cuajone se le divisa en toda su extensión. De su cumbre, ofrece todo un horizonte de novedades y multicolor paisaje de un verde esmeralda que llena de regocijo espiritual y despierta tanta belleza, un profundo amor a la naturaleza como peruano  por ser una ofrenda maravillosa de la creación terrenal, que a pesar de los años, no deja de ser interesante y misteriosa para nosotros.

Es una curiosa elevación que tiene tan singular forma, la misma que según estudios realizados por el Dr. Patrick Ryan Williams, Director del proyecto Antropológico Cerro Baúl, sostiene que al expandirse la cultura Wari en la sierra peruana, llegaron al valle de Torata, y edificaron una colonia cuya capital estaba en la cima del Cerro Baúl.

Esta meseta fue un centro ceremonial de la cultura Wari hace más de 400 años.La cima del Cerro Baúl se encuentra cubierto en su lado sureste por una ciudadela en ruinas de aproximadamente 8 hectáreas. Allí se extienden una serie de plazas, patios, corredores y edificios de uno a dos pisos; estos edificios son de planta rectangular, cuadrangular, circular o en forma de D. En el contorno se encuentran grandes y profundos pozos que probablemente sirvieron como graneros o como cisternas para guardar agua.



Cerro Baúl es una fortaleza natural, donde se dominan los valles adyacentes. El único camino que existe hasta la cumbre es empinado y estrecho, y atraviesa por un paso sinuoso entre los antiguos muros de defensa y las escarpaduras de piedra, desde donde se podía hacer retroceder fácilmente a las tropas que intentaban asaltarla.

Todo esto nos lleva a que no solo es algo arqueológico sino también el centro de recuerdos y cosas curiosas sobre nuestro pasado como país, y el maravilloso saber de que fuimos y somos una cultura que dará más frutos. Es más que solo algo para admirar y observar, es algo por descubrir.

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